FIN

Último día. Adiós Mercurio... espero no verte en mucho tiempo... (y espero que todos ustedes lean mi artículo de los 100 años del cómic.. me saqué la cresta haciéndolo)

Almuerzo con los compañeros de sección... Es extraño lo que uno se puede acostumbrar a la gente cuando comparte una rutina durante tres meses. Recuerdo que me pasó lo mismo cuando estuve de intercambio en Alemania. Cuando llega el momento de decir adiós, te percatas que no te parecen extraños en absoluto... y sin embargo, sabes que no son "tu" gente.

Sinceramente estoy agradecido de... no sé, supongo que del curso de la vida, por haber pasasdo un tiempo valioso aquí. No, no por estar en esta urbe infecta, sino por lo que uno aprende. Entiéndase aquí la palabra en un amplio sentido.

Si, claro que aprendí de mi oficio, del periodismo, del escribir y el reportear; del editar y publicar. Si no fuese así, no habría valido la pena la práctica. Sin embargo, al igual que en mi viaje al viejo continente, lo más valioso no es lo que vinie a buscar, sino lo que me encontré acá. Uno de aquellos tesoros es algo que uno suele hayar si pone un poco de atención cuando se está más o menos sólo... uno mismo. Creo que todo este tiempo me ha servido para reflexionar sobre un montòn de cosas que me atañen a mi mismo. Conocí gente y cosas que volqué sobre mi, comparé y asimilé. Ahora me siento un poco más conocedor de cómo soy yo y algunos de los que me están cerca. También logré tener un atisbo real a la profundidad acogedora e inapreciable de mi amor por Stephanie. Y por supuesto, creo que aprendí un montón de ella y sobre ella.

Ahora, es el tiempo de regresar a casa, pues una de las gracias de todo viaje es que te da la posibilidad de retornar al hogar. Si uno nunca se fuese, jamás podría volver. Lo que me alegra es que tengo adónde sentirme en casa... y tengo a quienes son mi hogar.

Gracias Pedro y gracias Daniel, por haber tenido siempre una actitud tan paciente conmigo y por haberme dado la posibilidad de publicar tanto pese a que mis temas no eran tan taractivos a veces (sobre todo gracias por haberme tenido paciencia con mi desconocimiento de la pauta santiaguina). Tambièn les doy las gracias a mis compañeros de trabajo por su ayuda y buena onda. Y obviamente no dejaré de mencionar a aquellos amigos que conocí acá, quienes compartieron unos momentos de sus vidas conmigo. Arigatô a mis antiguos compañeros del colegio, quienes me hicieron Santiago mucho más llevadero. Y un gigantesco agradecimiento a mis tios y mis primos, que me alojaron y me dedicaron tanto esfuerzo y tiempo... nunca podré devolverles este gigantesco favor. Y finalmente, mi amor, reconozco la inconmensurable deuda que tengo contigo, por haberme esperado tanto tiempo. Perdón por hacerte sufrir tanto.

Te amo mucho Stephanie y pronto estaré en casa, junto a ti.