El mundo es un pañuelo

Al parecer ese viejo addagio es más que cierto. El mundo no es chico, pero tiene algunas cosas maravillosamente inexplicables.

Ayer había vuelto de la pega y andaba por Providencia con ganas de tomarme un café. Claro que como son careros, estaba buscando un lugar con precios razonables. De rrepente cacho un local que parecía bueno y no tan caro. Mientras miraba la vitrina, oigo una voz: "¡No puede ser! ¿Tu?"

Levanté la cabeza y me encontré con la Yennifer, una compañera de curso que está haciendo su práctica en TVN, en Informe Especial. No podía ser tanta coincidencia, nos dijimos. En una ciudad en la que reside la mitad de la población de Chile, nos fuimos a encontrar dos valdivianos compañeros de clases y practicantes.

¡Qué gracioso! Ella andaba vitrineando y buscando una peluquería, así que le ayudé con lo segundo. De ahí fuimos a tomar un café y estuvimos conversando largo rato. Hablamos del Sur, de nuestrs compañeros, de las clases, de la práctica y de Santiago. Parece muy contenta con su pega. Bueno, le ha ido espectacular y tiene a un buen equipo de trabajo junto a ella.

Después de eso, pasamos al supermercado y nos fuimos caminando a casa. Para mayor coincidencia, su departamento está a pocas cuadras del mio. Hahahaha... pero eso no era lo más increible. Ibamos por 11 de Septiembre en dirección a Los Leones, cuando de pronto un grupo de personas aparece a la vuelta de una esquina. ¡Era el Yoo con unos amigos suyos!

Ese ya era el colmo de los colmos... ahora eran tres valdivianos en un día y una enorme ciudad. Claro, con el Yoo mehabría gustado hablar un par de serias palabras, no demasiado amistosas, pero el ambiente no estaba dado para eso. Sin embargo, igual le tiré un palo -que espero haya captado en toda su profundidad y no sólo como palo- y le dije que se merecería un cornete en el ocico.

Ese encuentro fue más fugaz. Seguimos caminando y conversando hasta que nos separamos. Fue relajante encontrar una cara conocida en una ciudad de rostros anónimos... ^__^ Es como si en un bazar, o un mercado enorme, uno se encontrara con un amigo que no ve desde hace años y del cual no se sabe nada. Además fue un momento muy relajante: café (un buen Espresso Ristretto) y conversación. Me alegró mucho esta feliz coincidencia.

Si no hubiese leido media hora en la estación del metro, si no hubiese parado a tomarme un helado antes, si no me hibiese detenido en frente a ses café... son tantos los factores que influyen en que una cosa pase o no, que es fácil aceptar que tras la casualidad puede haber algo más. No sé... Por lo visto estos Mundos Infinitos están llenos de más sorpresas de las que pensé en un comienzo.