Los Grimm y las venturas personales

Bien... el sábado por fin tuve un poco de tiempo exclusivamente para hacer algo para mi. Así, en un comienzo iba a ir a webear por ahí un rato y después a ver una película al festival de cine de la Wiken en el parque araucano. Al final sólo hice lo último. Dormí más de lo que tenía presupuestado y almorzé con calma... en realidad hice todo con calma.

En todo caso, tomé una micro y me fui al famoso ciclo. Como iba con mucho tiempo, para encontrar entradas, hice tiempo en el Parque Arauco. Vitriné libros y me tomé un helado... nada increible. Eso si, quedé con muchas ganas de comprarme algunos libros para ponerme al día con la literatura fantástica.

No lo sé... en esta época todo el mundo quiere leer weas realistas, cabezonas y pseudo intelectuales que sean sobre gente que sufre, problemas políticos o qué sé yo cuanto más. Nadi valora la ficción de fantasía. Es más, la gente ha despreciado al género. Aluden a que es escspista. Por diox... eso es subvalorar completamente las posibilidades de una buena fantasía. Para mi es más meritorio poder abordar, desde la fantasía, temas reales. Además es más entretenido. El autor hace un ejecicio de creación, de imaginación, debe hacer un mundo. Pero no cualquier mamarracho... no... debe ser una cosa coherente que sea capaz de ser real dentro de sus propios códigos. Eso es lo que me gusta, descubrir mundos.

Y bueno... por eso me interesé en lo que algunos despectivamente llaman "literatura juvenil" o peor aún, "infantil". Trataré de conseguir Artemis Fowl y la saga de Lemony Snicket. Y de paso buscaré algunas cosas más... algo de Poe, Lovecraft y "El Club Dumas", que me interesa bastante.

Una anecdota: cuando andaba buscando el parque araucano le pregunté a un maldito guardia del mall por dónde ir. El weon me mandó a la dirección más opuesta que pudo imaginar. ¿Por qué en esta mierda de ciudad la gente es como el orto?... ¿Qué les cuesta decir que no saben?
En todo caso llegué. El parque es lindo y cómodo. Lo malo es que los perrs cagan en todos lados.

La película... bueno... nescesitaría un artículo aparte para comentarla, pero en general me encantó. Recupera de manera genial todos los elementos que Manal y yo valoramos de las películas de aventuras y le agrega el humor absurdo y esa dimensión caótica, barroca, recargada de detalles que conforman un carácter de mundo que usa el director en su obra. En ese sentido, Los Hermanos Grimm es muy similar a Las Avanturas del Barón Münchausen, también de Terry Gilliam. Además ambas películas tienen el tema subyacente de lo poco que valoramos la ficción y la fantasía en nuestro mundo racional y "serio". Jajajaj... es justo mi tema eh?

Una cosa nada que ver, pero que llamó mucho mi atención, fue que al salir del parque yo tenía un poco de frío. Eran como las 12 de la noche. Pero apenas salí de las puertas del parque sentía el aire tibio de la ciudad. Fue como un paredón de aire calentado por el asfalto y el concreto. De ahí, como no pasaba ni una micro, me fui caminando hasta casa. Demoré como una hora. No había casi nadie a esa hora. Me llamó la atención que muchos cafés y restaurants estaban cerrados a esa hora un sábado... curioso. Gente había poca y no parecía particularmente amenazante, así que fue piola caminar. Las únicas mutaciones que me encontré fueron unas prostitutas que me querían invitar a "conversar" (oh si, como no) por Holanda. En todo caso eran unos mutantes horribles. ¿Por qué será que las putas siempre son tan horribles? Osea, se entiende que las putas gay sean asquerosas, pero las mujeres también son una colección de picanterías y excesos. Jajajaja.... un momento jocoso.

Hoy por el contrario fue un día para los otros. Fui a almorzar donde la abuelita Edit. Demoré bastante en llegar. Metro hasta Trinidad. Eso es como cruzar la mitad de Santiago.... bueno, en realidad no, pero en cuanto a demografía y estructura urbana, si. La ciudad por alla es la típica zona central semiagreste, con mucho pasto amarillo y árboles chicos que me carga. Lo bueno es que no hay edificios tan altos, entonces el paisaje no es tan hostil.... pero los colores secos lo arruinan todo. En el metro pensaba que si alguna vez tuviese, por obligación, que venirme a vivir a esta zona, preferiría el centro con todos sus edificios y ruido y weas a el agreste amarillo de allá. Nescesito verde... aunque sean los parquecitos que hay aquí. Hasta ahora como que Providencia es la comuna que más me acomoda.

La tarde estuvo piola. Muy piola. Me sentí muy bien entre mis familiares. Comimos humitas y conversamos harto. Sobre todo con mi tata y el Felipe y el Erwin. De ahi pasamos el resto de la tarde viendo videos en internet. hahahah... piola, porque hacía un calor infernal.

Por supuesto hoy lei mi artículo publicado... no está tan mal después de todo. Mucha gente mellamó para comentarlo y felicitarme. Mis viejos y el tata Nano, por ejemplo. Claro que este último llamado, sobre todo por la intervención de la Silvia, me dejó un mal sabor. No quiero que se malinterprete... en ningún caso es algo personal ni nada. Es sólo que la actitud de la gente hacia el periodismo y mi futuro me tiene "un poco"chato. En realidad es una wea de saturación. La gente no entiende que el periodismo es diferente visto desde adentro y desde afuera. Lo que desde afuera a veces parece algo prestigioso o glamoroso, no sé, en realidad no es la gran cosa. Nosotros los periodistas no siempre andamos tras esas cosas. A veces preferimos el campo, la calle, el hacer cosas que no necesariamente sen "elaboradas", impecables lindas que sé yo... En este mundo también queremos hacer cosas que trasciendan por lo que son, no por lo que parecen.

Así, mi descisión de no querer quedarme en Santiago, de querer hacer algo por el lugar que YO considero mi hogar, les cae mal a muchos. Ellos quieren (comprensiblemente bajo el naif lema "lo mejor para ti") que yo salga a no sé dónde a hacer no sé qué... ojalá a un lugar prestigioso y toda la parafernalia. Pero ellos no saben como es esto. No saben que todos esos lugares son más de lo mismo. Ahí no se puede hacer algo que te llene con la sensación de haber hecho algo que le va a importar a alguien. Y no en el sentido de que influya o no.. claro, si es por eso, escribir en el Mercurio influye caleta. Llega a un montón de gente y sobre todo a esa gente que toma las descisiones. ¿Pero qué pasa con la gente de verdad? Y no es que me haya vuelto zampoñero. Me refiero qué dónde está la responsabilidad social de un periodista. NO está sólo en escribir bien y documentado y trabajar contra la injussticia y todo eso. También está en hacer lo que cree correcto en el lugar donde hace falta.

Para mi, mi zona, mi HOGAR es importante y siento que no se ha hecho lo que se merece mi tierra. Y eso me molesta mucho. No es webeo cuando digo que quiero hacer algo allá porque allá lo que se haga será importante. Acá todo está hecho. A lo más puedes trabajar en lo mismo, haciendo lo que todos hacen o hacer como que haces algo nuevo. Yo no quiero eso. Yo quiero hacer algo que si importe de verdad. Algo que importe porque genere procesos en un entorno social. No quiero más de lo mismo. Y me importa un comino que muchos crean, aunque no lo confiesen, que quedarse en regiones es la muerte y el estancamiento. ESO ES UNA PUTA MENTIRA. Es un maldito prejuicio. Es la perpetuación en el inconciente de cada chileno de la mediocridad autoinducida que permite que el asqueroso centralismo se perpetúe hasta la saciedad.

NO MÁS. Me niego a entregar mis ideas, mis capacidades, mi juventud y mis ganas de hacer cosas a otros que no lo valorarán. Prefiero vivir austeramente en donde siento que está mi corazón, mi alma y mi cuerpo, que ser famoso, estrella, top reporter y que sé yo cuanta mierda parafernálica más en alguna porquería de ciudad que me torturará el resto de mi vida. Yo prefiero seguir el ejemplo de ese taxista que ocnocí en Valdivia. Un tipo que se fué de Santiago, dejó su trabajo más o menos cabrón (era chofer de embajadores), para vivir en una ciudad que si le diera la calidad de vida que la capital nunca le pudo dar.

He dicho... y que conste que esto sale de muy adentro mío. De hecho, es el hastío mezclado con una cierta ira en mi espíritu. Una vez me dejé llevar por todos esos sueños ajenos de flasas glorias y grandezas malentendidad... y termine al borde de botar mi vida al basurero: estudié derecho. No voy a comenter el mismo error dos veces. Esta vez pienso y actúo YO. Lo que resulte de ahí será mi responsabilidad, pero al menos será algo mio.

Y así como el mundo espera que uno deje la fantasía de lado, que abandone los sueños, que deje de creer en las brujas o en que puedes volar sobre una bala de cañón, yo digo que es justamente eso lo que nos hace falta. Soñar un poco más en serio. Confiar en que algunas cosas no son tan imposibles y descabelladas como parecen. Si los descartamos a priori, nunca llegarán a nada. Son como las hadas: una muere cada vez que alguien dice que no existen.