De pinturas y pataches

Hm... acabo de comer... y comí demasiado. Me dio sueño. Al menos ahora por fin los lectores de prueba están corrigiendo lo de los Grimm...

Durante la comida miraba a mi alrededor y veia a todas las viejujas almorzando. De pronto me llamó la atención lo maquilladas que estaban todas. Siempre me ha parecido algo extraño el maquillaje moderno. No es ritual, no es ornamental, en estricto sentido... es más como una máscara. La gente no trata de verse bien, parece tratar de esconderse tras él. Sobre todo estas viejas que juran que le dan batalla al paso de los años con unas sendas capas de estuco (porque eos ya no es base) y unos horrorosos ojos ennegrecidos. ¿Para qué tanto?
Con el maquillaje hay que tener tanto cuidado como con la comida... el exceso provoca reacciones adversas. Si comes demasiado, da sueño (o incluso asco); si el maquillaje es excesivo, la gente se ve horrenda. En todo caso es muy poco frecuente que yo encuentre bonito un rostro maquillado. Tiene que ser muy, muy sutil para eso. Es que me da la sensación de que ya no es un rostro, sino un papel pintado. Son más bellas las facciones naturales de la gente. Para qué decir de los bodrios que se ponen en la cara... Hay unas weas tan camboyanas y otras de tan mal gusto... es como si -siguiendo con las comparaciones alimenticias- uno se comiera un huarén o algo asi.